Fri. Oct 31st, 2025

30 de octubre de 1950: los sucesos de Utuado

By Josué Vázquez Cruz Oct30,2025
Los sucesos del 30 de octubreLos sucesos del 30 de octubre

Crónicas de Utuado: Reviviendo Nuestra Historia

Por Josué Vázquez Cruz

El 30 de octubre de 1950 amaneció con el sonido de disparos.
En apenas unas horas, varios pueblos de Puerto Rico se vieron envueltos en una serie de levantamientos armados encabezados por miembros del Partido Nacionalista, un movimiento que buscaba llamar la atención internacional sobre la situación política de la isla.
Utuado fue uno de los escenarios principales de aquellos hechos —unos que, por su impacto y dramatismo, aún resuenan en la historia de Puerto Rico.


Un país en tensión

A mediados del siglo XX, Puerto Rico atravesaba un periodo de cambios profundos.
El gobierno electo de Luis Muñoz Marín impulsaba reformas sociales y políticas que culminarían en el Estado Libre Asociado (ELA) en 1952. Mientras tanto, el líder nacionalista Pedro Albizu Campos, recién liberado tras años de prisión y exilio, denunciaba lo que consideraba una maniobra colonial bajo otro nombre.

En ese clima polarizado, los nacionalistas comenzaron a organizarse en secreto para una acción armada, originalmente prevista para 1952. Su propósito era oponerse al nuevo estatus y, de ser posible, proclamar la independencia.

Sin embargo, el plan se precipitó cuando las autoridades realizaron allanamientos y arrestos a finales de octubre de 1950. La tensión acumulada explotó antes de lo previsto.


El estallido

En la madrugada del 30 de octubre, los primeros enfrentamientos ocurrieron en Peñuelas y Ponce.
Horas después, los levantamientos se extendieron a otros pueblos: Jayuya, Arecibo, Naranjito, Mayagüez, San Juan y Utuado.

En Utuado, el grupo local de nacionalistas —liderado por Heriberto Castro y Damián Torres— atacó el cuartel de la Policía Insular. Su objetivo era resistir el avance de las fuerzas estatales y luego retirarse hacia las montañas.
Pero la respuesta del gobierno fue inmediata. El gobernador Muñoz Marín declaró ley marcial y movilizó a la Guardia Nacional de Puerto Rico, bajo el mando del general Luis R. Esteves, con apoyo del ejército federal.

Durante los enfrentamientos, aviones P-47 Thunderbolt ametrallaron sectores del casco urbano de Utuado, causando pánico y destrucción. Algunas viviendas resultaron dañadas y varios civiles se desplazaron de sus hogares.

Entre los episodios más recordados se encuentra la ejecución de cuatro nacionalistas que habían sido arrestados en el barrio Pueblo. Los nombres más citados por las fuentes históricas son Julio Colón Feliciano, Antonio Ramos Rosario, Agustín Quiñones y Antonio González. Este hecho fue documentado en prensa y en estudios posteriores como la Masacre de Utuado.

Las escaramuzas continuaron durante la noche del 31 de octubre, mientras el pueblo permanecía bajo control militar.


Consecuencias inmediatas

Los sucesos del 30 de octubre se saldaron con decenas de muertos y heridos en toda el territorio, entre ellos policías, miembros de la Guardia Nacional, civiles y nacionalistas.
Más de mil personas fueron arrestadas bajo sospecha de colaborar con el movimiento, muchas de ellas sin pruebas directas.

El territorio quedó profundamente marcado.
Los bombardeos en Jayuya y Utuado representaron la única ocasión en la historia moderna en que aviones militares estadounidenses atacaron objetivos dentro de Puerto Rico.
El impacto físico y emocional fue considerable: edificios dañados, familias desplazadas y una población atemorizada ante el despliegue militar.

En los años siguientes, muchos de los participantes fueron condenados a largas penas de prisión.
La figura de Albizu Campos volvió a dominar el debate público, mientras el gobierno continuó consolidando el nuevo orden político bajo el Estado Libre Asociado.


Utuado en la memoria

En Utuado, los sucesos de 1950 permanecen grabados en la memoria de una generación que vio cómo su pueblo se convirtió en campo de batalla.
Con el paso del tiempo, los relatos se fragmentaron: unos recordaron el idealismo de quienes se levantaron; otros, la violencia y el miedo que dejó tras de sí.

Hoy, a tres cuartos de siglo, lo importante no es reabrir viejas divisiones, sino preservar la memoria documentada de lo ocurrido.
Los sucesos de Utuado no cambiaron el rumbo político de Puerto Rico, pero dejaron lecciones sobre el poder, la obediencia y los límites del conflicto.
Son parte de la historia —y como toda historia, merecen ser conocidos, no repetidos.

El 30 de octubre no fue una revolución triunfante ni una gesta romántica.
Fue una advertencia de lo que ocurre cuando las ideas se arman y el diálogo se apaga.


Fuentes consultadas

  • Rodríguez González, Glorimar. Historia del Partido Nacionalista en Utuado. Editorial y Taller Abacoa, 2013.
  • Dávila Marichal, José M. Organizando la Revolución: El Ejército Libertador del Partido Nacionalista de Puerto Rico y la Insurrección Nacionalista de 1950. Universidad Autónoma de Madrid, 2020.
  • Rosado, Marisa. Pedro Albizu Campos: Las llamas de la aurora. San Juan, Puerto Rico: Ediciones Puerto, 1998.
  • Acosta Lespier, Ivonne. La Mordaza. San Juan: Ediciones Edil, 1998.
  • Enciclopedia de Puerto Rico. “Insurrección Nacionalista de 1950.” Fundación Puertorriqueña de las Humanidades, 2021.
  • Archivo General de Puerto Rico. Colección de Documentos sobre la Ley Marcial y la Guardia Nacional, 1950.
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